pero lo hacemos igual

17 agosto, 2016

bonito es el que cuestiona sus privilegios

El hombre tiene miedo de ver la verdad, de ver que él era algo que no podía definir, de ver que al fin su sexo pudo ser o no ser, que no era absoluto, que podía ser la flor. 
El hombre tiene miedo de su sexo también y niega a la mujer que lleva dentro de él. ¿Qué flor le daré a aquel que vive sin amor? La flor de mil y un sexos, que es la flor de un creador.

Cuando eras muy pequeño, vos sabías vivir; todo era pureza, mamá y papá. Si después creciste, sufriste y lloraste, ¿dónde estará la flor, dónde está lo que se fue? 
Un día la farsante, nuestra gran sociedad, te dijo mil mentiras y te encerró en un corral: te dijo que tu sexo tenías que ocultar. La flor se marchitó y no pudo ver el sol.
También te dijo cómo tenias que pensar, sentir, sufrir, amar y ser un ser normal, después te regaló el caos y la maldad, y la publicidad por fin te convenció.
Te engañaron, ya lo sabés, sino lo sabés, también. Con la pluma y la palabra, y con silencios también, aunque bien bien lo sabía la bendita sociedad, que eras algo más que un sexo y tu cédula de identidad. 

Lo miro a mi abuelo, él era muy viril. Era igual que yo, era hombre o mujer. Díganme ustedes, dueños de la moral, la voz de ese viejito ¿es de hombre o de mujer? 
Escúchame, hermano, entre este ruido actual. Hermano te lo pido, ¡ayudame a seguir! No esperes que te entiendan, ¿por qué lo habrían de hacer? Son solo maquinitas que no pueden fallar.
Las maquinas fabrican frases para vivir, y todos repetimos sin nunca descubrir que la libertad del hombre no era de metal. La máquina triunfó y el Hombre se acabó. 

Ustedes dicen macho, varón y qué se yo, se meten en un molde como si fueran un flan, y para recibirme de hombre no es verdad que me tengo que pelear y que no tengo que llorar, hablar de las mujeres como cosa que hay que usar, tener la pose macha y la voz del arrabal. Pero yo bien los conozco y no me pueden engañar, tienen mucho miedo que los llamen anormal.

Cuando un niño te sonríe y él te quiere acariciar, cuando lloras y estás solo y no hay nadie a quien llamar, cuando morís un instante porque estás con ella al fin, cuando abrazás a un amigo que lo quieres como a un Dios.

¿Están ciegos, son idiotas?
 ¿O qué es lo que pasa aquí? 
¿Qué es lo que pasa aquí?
¿Qué es lo que pasa aquí? 

 

1 comentarios:

Azul es lejos dijo...

Ustedes sí que saben escuchar entre el ruido...
Gracias por compartirlo, Luc.

En respuesta a la despedida de Azuleslejos... qué te puedo decir. Toda vez que amenacé con irme, de alguna manera siempre volví. Supongo que nunca me fui del todo. Si me empeño tanto en quedarme, debe significar que para alguien más yo también soy otra cicatriz.